miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cómo se gestiona un proyecto


PROYECTOS SOCIALES

La guía se centra en la gestión de proyectos sociales, entendiendo por tales aquellos que se orientan a la promoción personal y la inclusión social con autonomía de las personas en situación de exclusión, des protección, dependencia o vulnerabilidad, procurando el ejercicio efectivo de los derechos sociales (salud, servicios sociales, educación, empleo,ocupación,formación, vivienda, garantía de ingresos y otras.

LA GESTIÓN DE PROYECTOS: También es conocida como gerencia o administración de proyectos es la disciplina de planificar, captar, dinamizar y organizar talentos y administrar recursos, de manera tal que se pueda culminar todo el trabajo requerido para desarrollar todo el proyecto dentro del alcance, tiempo, y costo definidos, sin stress y buen clima interpersonal. Lo cual requiere liderar los talentos, y evaluar y regular continuamente las acciones necesarias y suficientes.

FASES DEL CICLO DE UN PROYECTO

§  PRIMERA FASE: IDENTIFICACIÓN DE LA IDEA O PROBLEMA.

Pasos a seguir en la primera Fase:

1.    Análisis de la realidad: recogida de información sobre la necesidad que pretendemos dar respuesta
2.    Definición del problema o la necesidad que se pretende atender factores de incidencia.
3.    Análisis de recursos: valoración de la existencia de recursos respuesta a la necesidad o problema detectado.
4.    Identificación y priorización de alternativas innovadoras.

Esta primera fase tiene mucha importancia por lo que es conveniente planificarla y destinar los recursos y el tiempo preciso para llevarla a cabo.
Además, el diagnóstico o análisis, tanto externo como interno, que debemos realizar en esta fase es crucial para orientar el proyecto. Difícilmente podremos elaborar el proyecto si no disponemos de la información necesaria para delimitar la realidad concreta sobre la que se actuara.
Es muy importante también identificar e implicar, desde esta primera fase, a todas las partes interesadas.

Aspectos a considerar en relación a la participación de los “grupos de interés”.

  1.  Las personas potencialmente beneficiarias del proyecto (las y los destinatarios últimos).
  2. La comunidad en la que se va a llevar a cabo el proyecto.
  3. Las entidades e instituciones que participarán en su financiación.
  4. Las personas y/o entidades que pre visiblemente colaboren en su ejecución (equipo de profesionales, voluntariado, profesionales independientes, otras entidades sociales.
  5.  Otras entidades que ya trabajan con el colectivo destinatario y/o conocen muy de cerca del problema o la necesidad que abordará el proyecto.

¿Qué permite el análisis de las necesidades?

   Facilita el conocimiento del proyecto y el compromiso de las partes con el mismo, en la medida en que lo perciban como valioso. Su grado de compromiso dependerá en buena parte de su conocimiento del proyecto y de que se sientan partícipes de su diseño. El conocimiento del proyecto les permite elaborar sus propios juicios respecto a si les va a resultar útil o no.







  •  Facilita que la propuesta de intervención se elabore a partir de diferentes puntos de    vista.
  •  Se pueden plantear diferentes alternativas de intervención ante una misma realidad por lo que es importante contar con todas las partes involucradas a la hora de definir la situación de partida, la situación deseada y las actuaciones necesarias para alcanzarla.
  • Previene conflictos futuros derivados del déficit de participación y conocimiento del proyecto en las fases previas a su ejecución.
  • Favorece el empoderamiento de la población beneficiaria, en la medida en que participa activamente desde el nacimiento de la idea de proyecto.



                                    SEGUNDA FASE: DISEÑO Y ELABORACIÓN DEL PROYECTO.

   
   A.   Definición de las destinatarias y destinatarios del proyecto:

Hasta este momento tenemos la intención de lograr un cambio, una mejora. A partir de ahora tenemos que convertir esa idea de proyecto en un enunciado preciso estableciendo, en primer lugar, quiénes son, concreta-mente, las y los destinatarios del proyecto: su número, sus características y otros.
  
Aunque algunas actuaciones pueden dirigirse, genéricamente, a toda la población, otras siempre se dirigen a destinatarias o destinatarios específicos que es preciso concretar. Además, teniendo en cuenta el carácter multidimensional de los problemas o necesidades sociales, frecuentemente habrá que distinguir entre las y los destinatarios últimos (la población beneficiaria directa) y otros.
TIPOS DE POBLACIÓN:
·         Población beneficiaria directa.
·         Población beneficiaria indirecta.
·         Población excluida.
·         Población perjudicada.

  B.   Formulación de los objetivos:
Una vez delimitada la población destinataria del proyecto, deberemos especificar qué resultados se espera conseguir, es decir, cuáles son los objetivos del proyecto, en relación con las necesidades detectadas en el análisis previo y sus diferentes destinatarios y destinatarias.

 Además de proponer objetivos realistas, factibles y pertinentes es fundamental que los objetivos estén claramente formulados.
  
Una buena formulación de los objetivos, facilita la comprensión del proyecto, denota un trabajo bien hecho, expresa claridad en los propósitos, y posibilita la elaboración del resto del proyecto.

   Hay que tener en cuenta que, posteriormente será necesario articular coherente-mente los objetivos, las actividades y tareas a realizar para alcanzarlos y los recursos a movilizar.

     C.   Plan de ejecución:
     Una vez definidos los objetivos, se trata de detallar qué actividades se van a llevar a cabo para la consecución de los mismos.

Así, el plan de ejecución consistirá en determinar y ordenar temporalmente las actividades que se van a realizar durante la fase de ejecución para la consecución de los objetivos previstos. Es decir, se especificará cómo se va a llevar a cabo el proyecto y cuándo.

Las actividades guardan relación con las alternativas de respuesta identificadas y seleccionadas en la fase anterior y deben estar vinculados a los objetivos definidos, es decir, cada actividad o grupo de actividades debe servir para el cumplimiento de un objetivo o varios.

      D.   Planes de recursos y plan económico-financiero

Una vez definidas y ordenadas temporalmente el conjunto de actuaciones necesarias para llevar cabo el proyecto, es necesario precisar y cuantificar económicamente los recursos a emplear para llevarlas a cabo.

Respecto la naturaleza de los recursos, consideramos:
  •        Recursos materiales
  •     Recursos humanos.

      Recursos o inputs inmateriales o intangibles que condicionan su marcha: los métodos técnicas de intervención empleados, los apoyos facilitados por el entorno, etc. Como por ejemplo: Técnicas, metodología, habilidades, destrezas.

      E.   Plan de evaluación

El diseño de un proyecto debe contemplar necesariamente el diseño de su evaluación.
La evaluación constituye una parte muy importante del proyecto y debe incluirse en su diseño.
Además, diseñar la evaluación en este momento, permite orientar el seguimiento del proyecto, durante la fase de ejecución, y la recogida de datos para la evaluación final, evitando que al llegar ese momento no dispongamos de ellos.

      F.   Sostenibilidad del proyecto.
El proyecto puede concluir, sin necesidad de que se plantee ninguna intervención posterior (se ha dado respuesta a un problema o necesidad puntual y se cierra sin más), puede mantenerse (si el problema no se ha resuelto) o convertirse en una intervención de carácter más estable (un servicio, un programa…), para responder a una necesidad permanente.

Cuando se trata de un proyecto piloto para ensayar respuestas a una necesidad que se considera permanente o estable, conviene realizar un análisis de la sostenibilidad del futuro servicio o programa y tratar de generar las condiciones necesarias para su sostenibilidad, durante el propio desarrollo del proyecto.

§  TERCERA FASE. PUESTA EN MARCHA

En la fase de puesta en marcha se llevan a cabo acciones preparatorias, previas a la ejecución del proyecto, que tienen importancia para garantizar las condiciones mínimas precisas para el desarrollo de la intervención.

§  CUARTA FASE: EJECUCIÓN Y SEGUIMIENTO.

Partiendo de la premisa de atención continua a los objetivos, acciones y recursos planificados, la fase de ejecución se caracteriza por la necesidad de flexibilidad y capacidad de re-adaptación a los cambios imprevistos que se vayan dando.

Por lo tanto, en la fase de ejecución hay dos aspectos claves a tener presentes:

  •     Rigor y atención a lo previamente planificado: No se pueden perder de vista      los objetivos y resultados esperados, ni las actividades previamente definidas.
  •       Flexibilidad y capacidad de adaptación a los cambios: La realidad sobre la que se va a intervenir es compleja y cambiante y, obviamente, resulta imposible prever todas las posibles coyunturas o situaciones que se van a ir planteando.

En la medida en que se vayan generando cambios en el contexto (externo e interno), hay que estar atentos a los mismos y ser capaces de reorientar la acción de la forma más conveniente para tratar de lograr los objetivos.



§  QUINTA FASE: EVALUACIÓN EXPOST O EVALUACIÓN FINAL

La evaluación final, es la que se realiza una vez concluida la fase de ejecución del proyecto. Esta evaluación final pondrá el principal foco de atención en los resultados, evaluando en qué medida se han alcanzado los objetivos previstos.

Pero, el objetivo de la evaluación final no se ha de limitar únicamente a establecer cuáles han sido los éxitos o fracasos de un proyecto, sino que tiene que tratar de averiguar por qué se han alcanzado o no determinados resultados y cuáles han sido los factores que han contribuido a producir estos resultados.

En la evaluación final, no sólo se evaluarán los resultados y logros alcanzados (vinculados con los objetivos previamente establecidos), sino que además es importante evaluar otros tales como la cobertura del proyecto (en qué medida se ha llegado a la población objetivo y su nivel de satisfacción), aspectos técnicos y funcionales (si la metodología de trabajo ha sido adecuada, si se han realizado las actividades previstas, si los recursos han sido suficientes, entre otros.

INCLUSIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GENERO, INTERCULTURALIDAD Y MEDIOAMBIENTAL

Incorporar el enfoque de género en un proyecto social supone el reconocimiento y la consideración de las diferencias en las condiciones de vida, las situaciones y posiciones sociales, económicas y culturales y las necesidades de mujeres y hombres en todas las fases de la intervención, es decir, en la decisión, planificación, ejecución y evaluación.








La incorporación de la perspectiva de género en el proyecto propiciará una mejora de la posición social de las mujeres, promoviendo un cambio en la distribución de poderes.










     Por otro lado Incorporar la perspectiva intercultural en un proyecto social  constituye un reto de primer orden tanto desde una perspectiva inmediata y local, como desde un planteamiento a futuro y global.

    Porque, al reconstruir relaciones sociales, con una finalidad clara de aprendizaje y promoción personal y grupal, no pueden obviarse las relaciones asimétricas y desiguales entre los diferentes grupos sociales y los factores sociales, educativos, económicos, etc. que los promueven y los perpetúan.

   Es también importante diseñar un proyecto de intervención desde la perspectiva medio ambiental que implique integrar las tres dimensiones de la “sostenibilidad”:


-  


   La dimensión ecológica: que favorezca la gestión sostenible de los recursos materiales, la racionalización del consumo y gasto, el reciclaje, el conocimiento, respeto y compromiso medioambientales.





    La dimensión económica: no desde términos cuantitativos, sino cualitativos, generando calidad de vida y bienestar tanto de las personas destinatarias como de los agentes que intervengan, desde parámetros de racionalidad y eficiencia en el consumo.











-  La dimensión social: que posibilite el desarrollo integral de las personas y sus aspectos moral, físico, relacional, trascendental, etc. y de las comunidades.






La Matriz De Gestión De Expectativas:

Es una herramienta basada en conjunto de reglas cuya misión es ayudar a los directores de proyectos a valorar los posibles cambios en los parámetros de un proyecto, entre estos parámetros esta el coste, el calendario, el campo de aplicación y la calidad.









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