PROYECTOS SOCIALES
La
guía se centra en la gestión de proyectos sociales, entendiendo por tales
aquellos que se orientan a la promoción personal y la inclusión social con
autonomía de las personas en situación de exclusión, des protección, dependencia
o vulnerabilidad, procurando el ejercicio efectivo de los derechos sociales (salud,
servicios sociales, educación, empleo,ocupación,formación, vivienda, garantía
de ingresos y otras.
LA GESTIÓN DE
PROYECTOS: También es conocida como
gerencia o administración de proyectos es la disciplina de planificar, captar,
dinamizar y organizar talentos y administrar recursos, de manera tal que se
pueda culminar todo el trabajo requerido para desarrollar todo el proyecto
dentro del alcance, tiempo, y costo definidos, sin stress y buen clima
interpersonal. Lo cual requiere liderar los talentos, y evaluar y regular
continuamente las acciones necesarias y suficientes.
FASES DEL CICLO DE UN PROYECTO
§ PRIMERA FASE: IDENTIFICACIÓN DE LA IDEA O PROBLEMA.
Pasos a seguir en la primera Fase:
1.
Análisis de la realidad: recogida
de información sobre la necesidad que pretendemos dar respuesta
2.
Definición del problema o la
necesidad que se pretende atender factores de incidencia.
3.
Análisis de recursos: valoración
de la existencia de recursos respuesta a la necesidad o problema detectado.
4.
Identificación y priorización de
alternativas innovadoras.
Esta
primera fase tiene mucha importancia por lo que es conveniente planificarla y
destinar los recursos y el tiempo preciso para llevarla a cabo.
Además,
el diagnóstico o análisis, tanto externo como interno, que debemos realizar en
esta fase es crucial para orientar el proyecto. Difícilmente podremos elaborar
el proyecto si no disponemos de la información necesaria para delimitar la
realidad concreta sobre la que se actuara.
Es
muy importante también identificar e implicar, desde esta primera fase, a todas
las partes interesadas.
Aspectos a considerar en relación a la participación de
los “grupos de interés”.
- Las personas potencialmente beneficiarias del proyecto (las y los destinatarios últimos).
- La comunidad en la que se va a llevar a cabo el proyecto.
- Las entidades e instituciones que participarán en su financiación.
- Las personas y/o entidades que pre visiblemente colaboren en su ejecución (equipo de profesionales, voluntariado, profesionales independientes, otras entidades sociales.
- Otras entidades que ya trabajan con el colectivo destinatario y/o conocen muy de cerca del problema o la necesidad que abordará el proyecto.
¿Qué
permite el análisis de las necesidades?
Facilita
el conocimiento del proyecto y el compromiso de las partes con el mismo, en la
medida en que lo perciban como valioso. Su grado de compromiso dependerá en
buena parte de su conocimiento del proyecto y de que se sientan partícipes de
su diseño. El conocimiento del proyecto les permite elaborar sus propios
juicios respecto a si les va a resultar útil o no.
- Facilita que la propuesta de intervención se elabore a partir de diferentes puntos de vista.
- Se pueden plantear diferentes alternativas de intervención ante una misma realidad por lo que es importante contar con todas las partes involucradas a la hora de definir la situación de partida, la situación deseada y las actuaciones necesarias para alcanzarla.
- Previene conflictos futuros derivados del déficit de participación y conocimiento del proyecto en las fases previas a su ejecución.
- Favorece el empoderamiento de la población beneficiaria, en la medida en que participa activamente desde el nacimiento de la idea de proyecto.
SEGUNDA FASE: DISEÑO Y ELABORACIÓN DEL PROYECTO.
A. Definición
de las destinatarias y destinatarios del proyecto:
Hasta este momento tenemos la intención de
lograr un cambio, una mejora. A partir de ahora tenemos que convertir esa idea
de proyecto en un enunciado preciso estableciendo, en primer lugar, quiénes
son, concreta-mente, las y los destinatarios del proyecto: su número, sus
características y otros.
Aunque
algunas actuaciones pueden dirigirse, genéricamente, a toda la población, otras
siempre se dirigen a destinatarias o destinatarios específicos que es preciso
concretar. Además, teniendo en cuenta el carácter multidimensional de los
problemas o necesidades sociales, frecuentemente habrá que distinguir entre las
y los destinatarios últimos (la población beneficiaria directa) y otros.
TIPOS DE POBLACIÓN:
·
Población
beneficiaria directa.
·
Población
beneficiaria indirecta.
·
Población
excluida.
·
Población
perjudicada.
B. Formulación
de los objetivos:
Una vez delimitada la población destinataria
del proyecto, deberemos especificar qué resultados se espera conseguir, es
decir, cuáles son los objetivos del proyecto, en relación con las necesidades
detectadas en el análisis previo y sus diferentes destinatarios y
destinatarias.
Además de proponer objetivos realistas,
factibles y pertinentes es fundamental que los objetivos estén claramente formulados.
Una buena formulación de los objetivos,
facilita la comprensión del proyecto, denota un trabajo bien hecho, expresa
claridad en los propósitos, y posibilita la elaboración del resto del proyecto.
Hay que tener en cuenta que, posteriormente
será necesario articular coherente-mente los objetivos, las actividades y tareas
a realizar para alcanzarlos y los recursos a movilizar.
C.
Plan
de ejecución:
Una vez definidos los objetivos, se trata de
detallar qué actividades se van a llevar a cabo para la consecución de los
mismos.
Así, el plan de ejecución consistirá en
determinar y ordenar temporalmente las actividades que se van a realizar
durante la fase de ejecución para la consecución de los objetivos previstos. Es
decir, se especificará cómo se va a llevar a cabo el proyecto y cuándo.
Las
actividades guardan relación con las alternativas de respuesta identificadas y
seleccionadas en la fase anterior y deben estar vinculados a los objetivos
definidos, es decir, cada actividad o grupo de actividades debe servir para el
cumplimiento de un objetivo o varios.
D.
Planes
de recursos y plan económico-financiero
Una vez definidas y
ordenadas temporalmente el conjunto de actuaciones necesarias para llevar cabo
el proyecto, es necesario precisar y cuantificar económicamente los recursos a
emplear para llevarlas a cabo.
Respecto la naturaleza de
los recursos, consideramos:
- Recursos materiales
- Recursos humanos.
Recursos o inputs inmateriales o intangibles
que condicionan su marcha: los métodos técnicas de intervención
empleados, los apoyos facilitados por el entorno, etc. Como por ejemplo:
Técnicas, metodología, habilidades, destrezas.
E.
Plan de
evaluación
El diseño de un proyecto debe contemplar
necesariamente el diseño de su evaluación.
La evaluación constituye una parte muy
importante del proyecto y debe incluirse en su diseño.
Además, diseñar la evaluación en este
momento, permite orientar el seguimiento del proyecto, durante la fase de
ejecución, y la recogida de datos para la evaluación final, evitando que al
llegar ese momento no dispongamos de ellos.
F.
Sostenibilidad
del proyecto.
El proyecto puede concluir,
sin necesidad de que se plantee ninguna intervención posterior (se ha dado
respuesta a un problema o necesidad puntual y se cierra sin más), puede
mantenerse (si el problema no se ha resuelto) o convertirse en una intervención
de carácter más estable (un servicio, un programa…), para responder a una
necesidad permanente.
Cuando se trata de un
proyecto piloto para ensayar respuestas a una necesidad que se considera
permanente o estable, conviene realizar un análisis de la sostenibilidad del
futuro servicio o programa y tratar de generar las condiciones necesarias para
su sostenibilidad, durante el propio desarrollo del proyecto.
§ TERCERA FASE. PUESTA EN
MARCHA
En la fase de puesta en marcha se llevan a
cabo acciones preparatorias, previas a la ejecución del proyecto, que tienen
importancia para garantizar las condiciones mínimas precisas para el desarrollo
de la intervención.
§ CUARTA FASE: EJECUCIÓN Y
SEGUIMIENTO.
Partiendo de la premisa de atención continua
a los objetivos, acciones y recursos planificados, la fase de ejecución se
caracteriza por la necesidad de flexibilidad y capacidad de re-adaptación a los
cambios imprevistos que se vayan dando.
Por
lo tanto, en la fase de ejecución hay dos aspectos claves a tener presentes:
- Rigor y atención a lo previamente planificado: No se pueden perder de vista los objetivos y resultados esperados, ni las actividades previamente definidas.
- Flexibilidad y capacidad de adaptación a los cambios: La realidad sobre la que se va a intervenir es compleja y cambiante y, obviamente, resulta imposible prever todas las posibles coyunturas o situaciones que se van a ir planteando.
En la medida en que se vayan generando
cambios en el contexto (externo e interno), hay que estar atentos a los mismos
y ser capaces de reorientar la acción de la forma más conveniente para tratar
de lograr los objetivos.
§ QUINTA FASE: EVALUACIÓN EXPOST O EVALUACIÓN FINAL
La evaluación final, es la que se realiza una
vez concluida la fase de ejecución del proyecto. Esta evaluación final pondrá
el principal foco de atención en los resultados, evaluando en qué medida se han
alcanzado los objetivos previstos.
Pero, el objetivo de la evaluación final no
se ha de limitar únicamente a establecer cuáles han sido los éxitos o fracasos
de un proyecto, sino que tiene que tratar de averiguar por qué se han alcanzado
o no determinados resultados y cuáles han sido los factores que han contribuido
a producir estos resultados.
En
la evaluación final, no sólo se evaluarán los resultados y logros alcanzados
(vinculados con los objetivos previamente establecidos), sino que además es
importante evaluar otros tales como la cobertura del proyecto (en qué medida se
ha llegado a la población objetivo y su nivel de satisfacción), aspectos
técnicos y funcionales (si la metodología de trabajo ha sido adecuada, si se
han realizado las actividades previstas, si los recursos han sido suficientes,
entre otros.
INCLUSIÓN DE LA PERSPECTIVA DE
GENERO, INTERCULTURALIDAD Y MEDIOAMBIENTAL
Incorporar
el enfoque de género en un proyecto social supone el reconocimiento y la
consideración de las diferencias en las condiciones de vida, las situaciones y
posiciones sociales, económicas y culturales y las necesidades de mujeres y
hombres en todas las fases de la intervención, es decir, en la decisión,
planificación, ejecución y evaluación.
La
incorporación de la perspectiva de género en el proyecto propiciará una mejora
de la posición social de las mujeres, promoviendo un cambio en la distribución
de poderes.
Por
otro lado Incorporar la perspectiva intercultural en un proyecto social constituye un reto de primer orden tanto
desde una perspectiva inmediata y local, como desde un planteamiento a futuro y
global.
Porque,
al reconstruir relaciones sociales, con una finalidad clara de aprendizaje y
promoción personal y grupal, no pueden obviarse las relaciones asimétricas y
desiguales entre los diferentes grupos sociales y los factores sociales,
educativos, económicos, etc. que los promueven y los perpetúan.
Es
también importante diseñar un proyecto de intervención desde la perspectiva
medio ambiental que implique integrar las tres dimensiones de la
“sostenibilidad”:
-
La dimensión ecológica: que favorezca la
gestión sostenible de los recursos materiales, la racionalización del consumo y
gasto, el reciclaje, el conocimiento, respeto y compromiso medioambientales.
La dimensión económica: no desde términos
cuantitativos, sino cualitativos, generando calidad de vida y bienestar tanto
de las personas destinatarias como de los agentes que intervengan, desde
parámetros de racionalidad y eficiencia en el consumo.
- La dimensión social: que posibilite el
desarrollo integral de las personas y sus aspectos moral, físico, relacional,
trascendental, etc. y de las comunidades.
Es una herramienta basada en conjunto de reglas cuya misión es ayudar a los directores de proyectos a valorar los posibles cambios en los parámetros de un proyecto, entre estos parámetros esta el coste, el calendario, el campo de aplicación y la calidad.
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